Contacto y Ternura: Taller Vivencial de Psicodanza
El tacto, siendo el sentido menos valorado, es indispensable
para la vida. De hecho, es
el primer sentido que se desarrolla y existen evidencias de que quizás, es
el último en dejar de funcionar en las etapas finales de la vida.
La importancia de este sentido con respecto a los otros
cuatro, oído, vista, olfato y gusto, se evidencia en el hecho de que su órgano
receptor, la piel, se extiende a lo largo de todo el cuerpo. Existen entre seis
y diez millones de “sensores” táctiles repartidos por toda la piel, que recogen
valiosa información que llega tanto del exterior como del interior del
organismo.
Estos receptores cutáneos repartidos a lo largo de toda la
piel, no solo son importantes a la hora de preservar la vida desde un punto de
vista biológico, sino que también son cruciales a la hora de desarrollar
una correcta integración social.
Las investigaciones
científicas realizadas, han evidenciado la importancia de la piel para el
desarrollo de multitud de funciones orgánicas, sobre todo, los principales
sistemas de neurotransmisión (sistema dopaminérgico, serotoninérgico,
glutamatérgico, opioide, etc.).
Según esto, la piel se alza como uno de los órganos más
importantes del organismo humano, cuyas funciones van más allá de ser tan solo
una barrera protectora de la vida biológica, sino que también se constituye
como un “órgano social” que facilita los encuentros entre las personas, creando
y fortaleciendo vínculos afectivos.
Existen circuitos neuronales denominados “cerebro social”,
encargados de procesar el tipo de contacto físico que se recibe de manera que,
son capaces de distinguir el tipo de emoción que siente la persona que está
tocando, diferenciando claramente la expresión de la ternura y el afecto.
Tocar y que nos toquen, desde el amor y el respeto, además
de un estímulo placentero, es una necesidad vital.
El ser humano se va construyendo como persona, a través de
sus interacciones con otras personas, forjando así su
identidad, autoestima y habilidad social. Es aquí donde, el contacto físico juega un papel fundamental.
La evidencia científica avala el hecho de que, la persona
que no recibió estímulos afectivos a través del contacto humano, desarrolla a
lo largo de su vida diversas patologías, tanto de carácter orgánico
(enfermedades autoinmunes, degeneración del sistema nervioso, etc.) como a
nivel emocional y psicológico (trastornos de comportamiento, ansiedad, fobias,
baja autoestima, depresión...).
Pero también está demostrada la capacidad de la persona para
poder poner en valor su potencial afectivo, sean cual fueren sus experiencias
de vida, a partir de un proceso psicoterapéutico que facilite la expresión
libre y sincera de sus emociones latentes, permitiendo la expresión espontánea
y sincera de amar y ser amada.
Las situaciones de encuentro y rituales de vínculos
afectivos en grupo, facilitan y aceleran este proceso de reaprendizaje de la
expresión libre de dar y recibir amor sincero.
Es en este contexto terapéutico de carácter grupal, donde la
Psicodanza se presenta como una metodología de facilitación de
este proceso de reaprendizaje afectivo y el establecimiento o fortalecimiento
del vínculo afectivo entre personas.
La Psicodanza es una método psicoterapéutico de carácter
grupal en el que, a través de la danza, individual y grupal, inducida espontáneamente
a través de música seleccionada por su capacidad deflagradora de determinadas
vivencias, se busca la expresión libre de un lenguaje corporal, facilitando la
comunicación afectiva de la persona consigo misma, con la otra persona y con el
grupo.
A través de la facilitación de diferentes danzas (entendidas
estas como la expresión libre del cuerpo movido por la música), se inicia un
proceso progresivo de relajación del pensamiento racional que conduce a la conexión con determinadas vivencias inconscientes que
emergen directamente del cuerpo.
(fotografía de Laurent Dalencon, Fotógrafo)
Al dejar que el cuerpo se exprese a través del movimiento libre de la danza inducida por la música, se produce una liberación de todo el potencial de la persona, a través de la expresión de una serie de secuencias de actitudes corporales, gestos y movimientos que no solo expresa su manera de ser en ese momento, sino también el deseo de poder ser de otra manera, de su necesidad de reimprimir nuevas vivencias de vida más satisfactorias.
A través de esta propuesta de Psicodanza, Contacto y Ternura,
se tendrá la oportunidad de revivir una serie de vivencias afectivas que
quedaron relegadas en segundo plano o bien, de poder integrarlas de nuevo en
aquellas personas que apenas tuvieron la oportunidad de poder tener una
vivencia de reconocimiento afectivo de su propia existencia e identidad, de su
valor y dignidad, de sentirse querida y respetada….
Vivencias de manos unidas en la
necesidad de sentirse acompañada/o…
(fotografía de Laurent Dalencon, Fotógrafo)
Vivencias del abrazo en la necesidad
de sentirse apoyada/o…
(fotografía de Laurent Dalencon, Fotógrafo)
Vivencias de la caricia en la
necesidad de sentirse amada/o…
(fotografía de Laurent Dalencon, Fotógrafo)
Vivencia del grupo en la necesidad
del sentimiento de pertenencia…
(fotografía de Laurent Dalencon, Fotógrafo)
Si quieres experimentar toda esta propuesta descrita, no dudes en participar en el próximo taller de Psicodanza que se celebra el viernes 4 de noviembre, de 19 a 22h.
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