La Psicodanza como herramienta de empoderamiento de mujeres

Cada vez son más las mujeres que necesitamos sentir nuestros verdaderos movimientos de mujer, de conectar con nuestra fuerza interior y sentir el amor hacia nosotras mismas...

Llevo más de tres años trabajando como promotora de igualdad con distintos colectivos de mujeres, en mis talleres con ellas todas afirman lo mismo: "quiero sentir que soy yo en todo mi potencial", vale que sea capaz de echarme a la espalda cualquier cosa, pero quiero hacerlo no sólo por amor hacia las demás personas sino con amor a mí misma.





Una mujer de 80 años tras dos sesiones de Piodanza, en su relato de vivencia afirmaba " yo me siento genial, a mi marido no le cuento nada, sé que él no lo va comprender y yo pienso que no estoy haciendo nada malo, me siento tranquila, no lo estoy engañando, yo lo dejo a él con sus problemas, con sus gallinas, que si ponen o no huevos, con su cosecha y él que me deje a mí..."



Otra chica, joven, casada, ama de casa y cuidadora: " Me siento más importante, más mujer, más capaz de decirle cuando me dice haz ésto o lo otro, No¡ lo haces tú¡ y si él me pregunta ésto qué es, yo le diré, pues nada, de aquí en adelante yo soy yo y haré lo que tenga que hacer...



Otra afirmaba. " yo siento que he mejorado en mi forma de andar, cuando me doy cuenta me digo, uy!, así no se anda, entonces me pongo derecha, saco pecho y camino y voy sintiendo como camino con más seguridad..."



Cada vez estoy más convencida del poder integrador de la Psicodanza....Os dejo dos pequeños vídeos del trabajo con mujeres, en uno, una ronda de mecimiento, la sinergia en el movimiento de un grupo de mujeres aun cuando la música ya había acabado... y el acariciamiento afectivo en pareja de las manos, manos cuidadoras de mujeres que, en ese momento, se dejaban cuidar... simplemente hermoso



Convivencia de un grupo de Mujeres cuidadoras de personas dependientes en Córdoba. La consigna del ejercicio de acariciamiento de manos en pareja: nuestras manos son manos que cuidan, que sostienen, que dan de comer, que lavan, acuestan, abrazan y consuelan.... Nuestras manos necesitan nutrirse, dejarse también cuidar, fortalecer a través de la caricia afectiva, reconocerla no sólo como dadoras sino también como recibidoras de amor...

En el siguiente vídeo se muestra el ejercicio de "ronda de mecimiento" cuyo objetivo es que las mujeres puedan sentir la fuerza del grupo afectivo, mujeres cuidadoras dejándose cuidar. La música termina pero ellas no pueden dejar de mecerse, el movimiento sinérgico de apoyo mutuo, ni siquiera es estruendo del motor de una moto que se oye desde fuera de la sala, turba sus corazones, en ese instante, serenos.








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